El concepto de hipertextualidad queda básicamente definido por la ruptura de la linealidad, una obra abierta como resultado (¿cuál es su principio? ¿dónde fijamos el final?), la figura de un lector mucho más dinámico y activo que el tradicional y que, podemos afirmar, se convierte en co-autor del texto.
Deberíamos acercarnos a esta clase de narrativa del mismo modo en que lo hacemos a un juego. Eso es en definitiva el hipertexto: un laberinto infinito, una red que nos atrapa y nos libera, una caligrama que activa nuestra mente, un rizoma... un juego.
Algunas obras ciematográficas comparten este mismo modo de estructurar (deberíamos decir "desestructurar") la narración gracias a la técnica del montaje. Los flash-backs, fragmentaciones, saltos temporales y espaciales, obligan a un esfuerzo de comprensión mayor por parte del espectador. Retenemos en la mente ideas clave e imágenes puntuales que después nos ayudarán a acometer el proceso de descodificación. La película nos interesa por poco usual y por el suspense añadido. Sin embargo, todos acabamos por llegar a un mismo final, que es el que el director del film había fijado de antemano (salvo en aquella películas con final abierto e incierto).
La literatura plasmada en formato papel ha dado también numerosos ejemplos de que es posible luchar contra la linealidad inherente al soporte. A veces se le pueden plantear disyuntivas al lector, que debe elegir un único camino a seguir y descartar en consecuencia el resto (como en los cuentos infantiles cuyo objetivo precisamente es crear historias individualizadas), otras se pasa por todo el texto pero siguiendo distintas rutas (caso de Rayuela), finalmente en muchas ocasiones se juega con las fracturas temporales y diversos recursos como las notas al pie de página. Sea como sea, está claro que toda lectura contribuye a crear texto y que hay tantas formas de leer un libro como número de lectores.
La música con sus improvisaciones y variaciones, un cuadro con la singularidad de sus trazos, el lenguaje de un poema o un caligrama pueden recordarnos asimismo la disposición hipertextual. El autor actúa como 'director de orquesta' y acoge la participación del receptor que, ante esa obra, deja volar su imaginación y relaciona lo que está escuchando/contemplando/leyendo con su bagaje cultural, su experiencia personal y sus propias necesidades. La cadena de asociaciones se despierta de nuevo y cada persona seguirá un camino diferenciado. Quizás la figura del autor no haya muerto y quizás el lector no sea tan autónomo como piensa, pero esa sensación de libertad que gana ante una obra hipertextual convierte su experiencia en algo mucho más gratificante.
El hipertexto es, en este sentido, una convención socio-cultural. Nada más ni nada menos que el reflejo especular de la vida, porque modela el proceso asociativo en el que se basa la mente humana. Nuestra experiencia vital se encuadra en una red de posibilidades infinitas y cada día estamos tomando una decisión tras otra, optando por un camino y desechando el resto de casuísticas... igual que al navegar por una narración hipertextual ponemos en funcionamiento intinerarios posibles y creamos una compleja red de enlaces. Cada elección modificará el resultado y significado final de lo que se está leyendo. Lo que para una persona puede ser el principio de su experiencia, para otra puede convertirse en la 'lexia' final de su recorrido.
Cabría preguntarse hasta qué punto nos quedamos anclados en la reflexión sobre la estructura y los modos de navegación y relegamos a un segundo plano la importancia o la existencia del argumento hipertextual. ¿Nos encontramos ante un lugar de exploración controlable o ante una narración caótica y sin sentido? Ahí entraría la pericia del autor a la hora de pensar en las posibilidades de navegación por y para su obra y en la predisposición del usuario para aceptar el reto, 'perderse' y alcanzar su propio destino. Nos encontraríamos ante un caos, sí... pero ante un caos perfectamente organizado, abierto a interpretaciones y en el que todos los caminos tienen sentido. El hipertexto sería, en definitiva, un conjunto de múltiples obras personalizadas.
miércoles, 18 de abril de 2007
lunes, 5 de marzo de 2007
Alicia a través del espejo. 2 pequeños apuntes
Porque el hipertexto es un nuevo lenguaje, requiere de una actitud activa por parte del usuario para llevar a buen término su experiencia de aprendizaje...
- Esto es lo que pasa cuando se vive a la inversa -dijo amablemente la Reina-, al principio siempre da cierto vértigo.
- ¡Cuando se vive a la inversa! -repitió, muy asombrada, Alicia-. ¡Nunca había oido una cosa semejante!
- ... pero esto tiene una gran ventaja, y es que se ejerce la memoria en ambos sentidos.
[Alicia a través del espejo, Lewis Carrol. Capítulo V: Lana y agua]
Todas las posibilidades de navegación quedan recogidas...
- Sí, es una colmena magnífica -dijo en tono descontento el Caballero-, de la mejor calidad. Pero ni una sola abeja se ha acercado a ella. Y la otra cosa, al lado, es una ratonera. Supongo que los ratones alejan a las abejas... o las abejas a los ratones, no sé bien.
- Precisamente no entendía para qué estaba la ratonera -dijo Alicia-. Es poco probable encontrar un ratón sobre el lomo de un caballo.
- Es poco probable -dijo el Caballero-, pero no imposible, y si ocurriera, no me gustaría que anduvieran corrreteando por todas partes. Mira -agregó tras una pausa- hay que preveerlo todo. Por eso el caballo lleva tantos brazaletes en las patas.
[Alicia a través del espejo, Lewis Carrol. Capítulo VIII: De mi propia invención]
- Esto es lo que pasa cuando se vive a la inversa -dijo amablemente la Reina-, al principio siempre da cierto vértigo.
- ¡Cuando se vive a la inversa! -repitió, muy asombrada, Alicia-. ¡Nunca había oido una cosa semejante!
- ... pero esto tiene una gran ventaja, y es que se ejerce la memoria en ambos sentidos.
[Alicia a través del espejo, Lewis Carrol. Capítulo V: Lana y agua]
Todas las posibilidades de navegación quedan recogidas...
- Sí, es una colmena magnífica -dijo en tono descontento el Caballero-, de la mejor calidad. Pero ni una sola abeja se ha acercado a ella. Y la otra cosa, al lado, es una ratonera. Supongo que los ratones alejan a las abejas... o las abejas a los ratones, no sé bien.
- Precisamente no entendía para qué estaba la ratonera -dijo Alicia-. Es poco probable encontrar un ratón sobre el lomo de un caballo.
- Es poco probable -dijo el Caballero-, pero no imposible, y si ocurriera, no me gustaría que anduvieran corrreteando por todas partes. Mira -agregó tras una pausa- hay que preveerlo todo. Por eso el caballo lleva tantos brazaletes en las patas.
[Alicia a través del espejo, Lewis Carrol. Capítulo VIII: De mi propia invención]
jueves, 1 de marzo de 2007
Apollinaire
Y más ejemplos de caligramas. En esta ocasión del francés Guillaume Apollinaire que lleva al extremo la experimentación formal, la ruptura de la estructura lógica y sintáctica del poema.
El Surrealismo
En el Primer Manifiesto del Surrealismo (1924), Breton define el propósito del grupo de escritores y pintores que se congregan en sesiones en las que se aplica el automatismo para crear frases y grafismos y, privados de la aplicación de la lógica, descubren las profundidades del espíritu:
La poesía, el teatro, el cine, la pintura, la fotografía, se afanan en representar este mundo aparentemente absurdo ya que los fenómenos del subconsciente escapan a la razón.
Los recursos utilizados presentan una cierta cohesión de escuela: animación de lo inanimado, metamorfosis, aislamiento de fragmentos anatómicos, máquinas fantásticas, confrontación de cosas incongruentes, perpectivas vacías, creación evocativa de del caos... De la ruptura con la consciencia, el Surrealismo pasó con frecuencia a la ruptura de las convenciones sociales, de ahí que las excentricidades hayan sido una connotación de sus historia.
"Creo en el encuentro futuro de esos dos estados, en apariencia tan contradictorios, como son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, de surrealidad".
La poesía, el teatro, el cine, la pintura, la fotografía, se afanan en representar este mundo aparentemente absurdo ya que los fenómenos del subconsciente escapan a la razón.
Los recursos utilizados presentan una cierta cohesión de escuela: animación de lo inanimado, metamorfosis, aislamiento de fragmentos anatómicos, máquinas fantásticas, confrontación de cosas incongruentes, perpectivas vacías, creación evocativa de del caos... De la ruptura con la consciencia, el Surrealismo pasó con frecuencia a la ruptura de las convenciones sociales, de ahí que las excentricidades hayan sido una connotación de sus historia.
Marinetti
El futurismo
El 20 de febrero de 1920, en Le Figaro, aparece por primera vez el término futurismo aplicado al arte. Incluía un manifiesto del poeta italiano Marinetti:
... con furor iconoclasta terminaba diciendo:
La aficción a los manifiestos fue nota peculiar del grupo de artistas que rodeó a Marinetti; en 1910 Boccioni redactaba, apoyado por Carrá, Russolo, Balla y Severine, el Manifiesto de pintores futuristas que insistía en el tema de la velocidad como expresión de la vorágine de la vida moderna.
La representación de las cualidades dinámicas de la realidad comienza en el Impresionismo, pero para los futuristas se había detenido en el umbral, había que decidirse a poner en el caballo a galope 20 patas y darle a cada una dispersión triangular.
Característica del estilo será otorgar a los objetos una serie de posiciones sobre un plano con el deseo de representar el movimiento. Así pintan caballos, perros y figuras humanas con varias cabezas o series radiales de brazos y piernas; el sonido puede ser representado como una sucesión de ondas y el color como una vibración de forma prismática.
Milán, ciudad industrial por excelencia, fue la capital de este intento italiano, de vida breve en las artes plásticas, ya que el cine -que ofrecía posibilidades más auténticas de representar imágenes en movimiento- lo desplazó.
"Declaramos que el esplendor del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia".
... con furor iconoclasta terminaba diciendo:
"Queremos demoler los museos, las bibliotecas, combatir el moralismo, el feminismo y todas las vilezas oportunistas y utilitarias".
La aficción a los manifiestos fue nota peculiar del grupo de artistas que rodeó a Marinetti; en 1910 Boccioni redactaba, apoyado por Carrá, Russolo, Balla y Severine, el Manifiesto de pintores futuristas que insistía en el tema de la velocidad como expresión de la vorágine de la vida moderna.
La representación de las cualidades dinámicas de la realidad comienza en el Impresionismo, pero para los futuristas se había detenido en el umbral, había que decidirse a poner en el caballo a galope 20 patas y darle a cada una dispersión triangular.
Característica del estilo será otorgar a los objetos una serie de posiciones sobre un plano con el deseo de representar el movimiento. Así pintan caballos, perros y figuras humanas con varias cabezas o series radiales de brazos y piernas; el sonido puede ser representado como una sucesión de ondas y el color como una vibración de forma prismática.
Milán, ciudad industrial por excelencia, fue la capital de este intento italiano, de vida breve en las artes plásticas, ya que el cine -que ofrecía posibilidades más auténticas de representar imágenes en movimiento- lo desplazó.
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